A principios de otoño, o más bien de septiembre a octubre, muchos jardineros comienzan a preparar jardines de rosas para la invernada. Para que las plantas resistan con éxito el frío y las heladas, el jardinero necesita conocer algunas reglas simples sobre lo que se puede y no se puede hacer durante este período. ¿Qué cuidados especiales requieren estas plantas?

Cuidado adecuado de las rosas en otoño.
Para que el jardín de rosas siga deleitando con un crecimiento y desarrollo activos después de la invernada, es importante seguir algunas reglas simples:
- Es útil reducir gradualmente el riego de las plantas a partir de agosto, pero si el otoño resulta lluvioso, lo más probable es que necesite un toldo protector sobre el jardín de rosas para drenar el exceso de humedad. Con esta simple acción podrás lograr fácilmente una desaceleración gradual en la temporada de crecimiento de las rosas (su crecimiento y desarrollo).
- En otoño, la composición de los fertilizantes cambia: los fertilizantes que contienen nitrógeno deben reemplazarse por fertilizantes que contengan potasio, fósforo y magnesio. Estos minerales ayudan a fortalecer el sistema radicular.
- No descuides la poda de los rosales en otoño. Esto fortalece las raíces y permite acumular la cantidad necesaria de elementos útiles para el período primavera-verano.
- Es en otoño, debido a la alta humedad del aire, cuando es más seguro trasplantar las plantas.
- Es importante limpiar la tierra alrededor de los rosales de malezas, hojas viejas y escombros, y tratarlos con soluciones desinfectantes que puedan proteger las plantas de las bacterias que causan la pudrición. Después de estos procedimientos preventivos, las plantas están listas para refugiarse durante el invierno.Para ello se suele utilizar material de cobertura especial o ramas de abeto (pino).
Cuidado inadecuado de las rosas en otoño.
Estos son los principales errores que pueden cometer incluso los jardineros experimentados:
- Doblar los tallos de rosas al suelo en un clima helado. Esto puede causar daños irreparables a las plantas, ya que a temperaturas bajo cero las ramas se vuelven muy frágiles y pueden romperse y agrietarse al doblarse.
- Poda temprana de ramas en climas aún cálidos. Desafortunadamente, esto solo provocará la aparición de nuevos brotes y consumirá las reservas de sustancias útiles que podrían resultar útiles en el período invierno-primavera.
- Cubrir demasiado pronto para el invierno: la mayoría de las veces, los jardineros se apresuran a cubrir las plantas después de la primera helada, pero esto está mal. Las rosas son muy resistentes al frío y pueden soportar temperaturas bajo cero. Para evitar la pudrición del sistema radicular y la proliferación de bacterias patógenas, es necesario esperar a que cesen las lluvias otoñales y las temperaturas constantes bajo cero.
- Hojas verdes dejadas en los arbustos. Por supuesto, es una lástima cortar hojas verdes hermosas y sanas, pero hay que recordar que pronto esta vegetación se convertirá en el centro de desarrollo de todos los procesos infecciosos después de refugiarse durante el invierno.
- Muchos jardineros novatos atan las plantas con cuerdas hechas de materiales naturales, que se pudren y se rompen debido a la humedad. Es mejor utilizar cuerdas de polipropileno.