Con el tiempo, el suelo del invernadero se vuelve menos fértil y aumenta la concentración de sustancias nocivas y microorganismos patógenos en la capa superior. Esto es especialmente pronunciado en estructuras de policarbonato, donde se mantiene un microclima cálido y húmedo. El método más drástico para resolver el problema es reemplazar la capa superior de tierra en toda el área del invernadero.
Agotamiento del suelo
La plantación de monocultivos en invernadero provoca una disminución de la fertilidad del suelo. Los tomates, pimientos y pepinos eliminan valiosos minerales y oligoelementos que no se pueden reponer con fertilizantes. Los climas cálidos y húmedos favorecen el crecimiento de malas hierbas, que también agotan el suelo.
El sustrato del invernadero se compacta gradualmente, se vuelve hermético al agua y al aire y pierde su holgura. Las raíces de las plantas reciben insuficiente oxígeno y se desarrollan mal. La aplicación de fertilizantes minerales aumenta la acidez de la mezcla del suelo.
Con el tiempo, el suelo del invernadero se sobresatura con metales pesados que forman parte de fungicidas e insecticidas y restos de fertilizantes minerales no descompuestos. Las hortalizas cultivadas en esas tierras contienen una mayor cantidad de nitratos y ya no pueden considerarse respetuosas con el medio ambiente.
Contaminación del suelo por enfermedades y plagas.
La falta de rotación de cultivos provoca la acumulación en el suelo de esporas de enfermedades fúngicas patógenas: tizón tardío, marchitez por fusarium, cladosporiosis y pudriciones diversas. El suelo del invernadero no está suficientemente congelado y los agentes causantes de las infecciones bacterianas no mueren durante el invierno. En suelos contaminados, las plantas se enferman rápidamente en climas fríos o lluviosos.
Las plagas de insectos se infestan fácilmente en los invernaderos; el calor y la alta humedad contribuyen a su rápida reproducción. Las moscas blancas, pulgones, trips y arañas rojas pueden sobrevivir el invierno si el suelo no se congela a -15˚C.
Instrucción paso a paso
Se recomienda que el evento se realice una vez cada 2 años. En la práctica, debido a la alta complejidad del procedimiento, dicha sustitución del suelo se lleva a cabo con una reducción significativa del rendimiento.
Prepare la mezcla de tierra: tome turba, tierra de césped, humus o abono bien descompuesto y arena gruesa en una proporción de 4:3:2:1. Agregue de 2 a 3 kg de ceniza de madera. El suelo está bien mezclado.
En el invernadero se eliminan los residuos de cultivos y las malas hierbas. Las paredes y el techo de la estructura se lavan con agua y jabón. Con una pala, se retira la parte superior del suelo con un espesor de 10 a 12 cm, o de 20 a 30 cm en caso de daños graves. El sustrato se saca fuera del invernadero y se esparce en los parterres donde no está previsto cultivar solanáceas. o familia de calabazas. La capa inferior de tierra se derrama con lejía o sulfato de cobre diluido (20 g por 10 litros de agua).
El sustrato preparado se distribuye uniformemente por todo el perímetro del invernadero.Para aumentar la microflora beneficiosa en el suelo, se riega con una solución de "Fitosporin", "Baikal-M".
Reemplazar la capa superior de tierra en un invernadero es la forma más efectiva de mejorar la estructura y fertilidad del suelo y eliminar infecciones bacterianas y virales. El método se utiliza en caso de daños graves por insectos parásitos y para destruir plagas invernantes.