4 cosas dañinas que la gente suele hacer con las fresas después de la cosecha

Para obtener una cosecha de fresas decente, es necesario conocer todas las sutilezas y características de su cultivo. Además, no debemos olvidar que en cada época la baya necesita ciertos cuidados esta regla también se aplica al momento posterior a la cosecha; A pesar de esto, muchos jardineros cometen acciones dañinas, pensando que serán beneficiosas.

Colocar follaje recortado cerca de los arbustos.

Durante todo el período de fructificación de las fresas, el follaje de los arbustos está expuesto a diversas enfermedades, infecciones y ataques de insectos. Al mismo tiempo, se produce una infección que puede extenderse a los arbustos vecinos. Por eso es mejor recolectar el follaje recortado y luego quemarlo, en lugar de colocarlo junto a la planta.

Fertilizar fresas con fertilizantes a base de lejía.

Incluso entre los jardineros experimentados existe un mito sobre los beneficios del cloro para las fresas. De hecho, no aporta ningún beneficio, sino que, por el contrario, empeora el estado de la planta. En lugar de fertilizantes con cloro, se recomienda utilizar sulfato de cobre. Sin duda fortalecerá los arbustos y se convertirá en una protección confiable contra las enfermedades.

Regar profundamente al mediodía

Es necesario regar las fresas después de la cosecha, y es bueno que la mayoría de los jardineros lo recuerden. Sin embargo, realizar el procedimiento en medio de un día caluroso utilizando herramientas con una fuerte presión de agua conlleva la muerte de los arbustos.El hecho es que a altas temperaturas, el agua se evapora rápidamente y no tiene tiempo de ser absorbida por el suelo, y el follaje de la planta se quema. Es mejor realizar el procedimiento temprano en la mañana o en la noche, utilizando una regadera si es posible.

Acolchado con una capa excesivamente gruesa o fina

El mantillo orgánico mejora las propiedades del suelo, lo enriquece con oxígeno, retiene la humedad y también previene la aparición de malas hierbas. Pero si el grosor de su capa se elige incorrectamente, el procedimiento no trae ningún beneficio y, a veces, incluso perjudica. Por ejemplo, una pequeña capa no retiene la humedad y permite que las malas hierbas se abran paso, mientras que una capa excesivamente gruesa provoca la pudrición de los arbustos. El espesor óptimo del mantillo es de 3 a 6 cm (aproximadamente 3 en suelos pesados ​​y 5 a 6 en suelos ligeros).

Al aprender a cultivar fresas, es importante encontrar una fuente confiable de información y no confiar en los consejos que pasan de una persona a otra. Pero incluso si no se pueden evitar los errores, con el tiempo cualquier jardinero adquirirá su propia experiencia, que será la clave para una cosecha rica y de alta calidad.

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