El endurecimiento de las plántulas es una variedad de actividades que permiten que las plantas jóvenes se acostumbren rápida y sin dolor a las condiciones del terreno abierto. Las plántulas que se han sometido al procedimiento se distinguen por un fuerte sistema de raíces y resistencia a enfermedades y plagas.
El complejo se divide en varias etapas:
- temperatura;
- aire;
- humedad;
- luz.
Para que los eventos sean correctos, es necesario cumplir con ciertas reglas y no cometer errores.
Momento incorrecto
Los tiempos de endurecimiento seleccionados incorrectamente son un error común entre los jardineros. El momento óptimo para el procedimiento depende del cultivo de hortalizas y se determina individualmente. El primer evento debe realizarse entre 2 y 4 días después de la germinación.
Violación de temperatura
La temperatura es un criterio importante durante el procedimiento. Su fuerte disminución o aumento puede dañar una planta joven, ralentizar el crecimiento y provocar la muerte.
El endurecimiento de las plántulas comienza a +25 grados y durante el día se reduce a +15, y por la tarde y por la noche de +10 a 15 se reduce a +7 a 12. Las temperaturas se bajan gradualmente: comience con 5 a 10 minutos al día y aumente a 3 a 5 horas.
Riego inadecuado
Otro requisito importante a la hora de endurecer las plántulas es reducir el riego. A menudo, los jardineros descuidan este criterio, lo que puede provocar el agotamiento del sistema radicular y el crecimiento de abundante masa verde.
Para una preparación adecuada y una fácil aclimatación de las plántulas, se recomienda no reducir la cantidad de humedad, sino alargar el período seco.
Borrador
Un viento fuerte y cálido es el peor enemigo de las plantas jóvenes y puede estropearlas. Después de estar en una corriente de aire, las hojas se tiñen, pierden su apariencia y el tallo se hunde.
Por lo tanto, el endurecimiento de las plántulas con aire debe realizarse con cuidado, acostumbrando gradualmente las plántulas al viento.
falta de alimentacion
Existe la opinión de que las plántulas no necesitan alimentación. Sin embargo, está mal. Los jardineros experimentados recomiendan alimentar a las plantas jóvenes endurecidas dos veces: 10 a 15 y varios días antes de plantarlas en campo abierto. Como fertilizante son adecuados los complejos que contienen nitrógeno, fósforo y potasio.
Las plántulas que han sido alimentadas arraigan mejor, se desarrollan y crecen en un lugar nuevo.
Las plántulas preparadas y debidamente endurecidas se pueden trasplantar fácilmente a campo abierto, tienen un sistema de raíces fuerte y son resistentes a diversas enfermedades.