Cultivar plantas en casa no es fácil: el proceso requiere mucho trabajo y responsabilidad. A menudo sucede que los jardineros tienen problemas al cultivar tomates. ¿Qué microelementos pueden faltar en las plántulas y cómo tratarlos?
falta de nitrógeno
Cuando las plántulas carecen de nitrógeno, las plántulas comienzan a crecer más lentamente. Las hojas nuevas son de color verde pálido y así permanecen: pequeñas y discretas. Comienzan a ponerse amarillos, se secan en los bordes y se caen; esto se llama "clorosis". En la parte inferior, las hojas se aclaran y se rizan, el tallo se vuelve más suave y de repente aparecen tonos rojo azulado en las nervaduras del dorso de la hoja.
El tratamiento de los tomates contra la clorosis es simple: es necesario alimentarlos con fertilizantes que contengan nitrógeno: urea, sulfato de amonio, nitrato de amonio. Entre otras cosas, es recomendable trasplantar las plántulas a una maceta más grande.
Ayuno de fósforo
Debido a la falta de fósforo, las plántulas comienzan a crecer más lentamente, las hojas se curvan formando un tubo y las láminas de las hojas y los tallos adquieren un tono púrpura. Los jardineros a veces confunden la deficiencia de fósforo con enfermedades; es difícil distinguirlas por su apariencia.
La razón principal radica en la elección incorrecta del fertilizante, por lo que las plántulas de tomate se tratan por deficiencia de fósforo con fertilizantes que contienen fósforo a una temperatura de al menos 15 grados centígrados.
Deficiencia de potasio
Si las plántulas no tienen suficiente potasio, a menudo comienzan a enfermarse y se vuelven más vulnerables a los problemas más pequeños, como un riego inadecuado. Las hojas se vuelven de color verde oscuro, se secan en los bordes, se arrugan y mueren, mientras que las hojas jóvenes se vuelven más pequeñas y se rizan.
Para solucionar este problema, necesitará fertilizantes que contengan potasio, como nitrato de potasio, así como cenizas de madera.
deficiencia de calcio
Con falta de calcio, la parte superior de las plántulas y las puntas de las hojas jóvenes comienzan a secarse gradualmente. En este caso se recomienda la alimentación foliar o radicular con nitrato cálcico.
Deficiencia de hierro
Sin hierro, las plántulas lo pasan mal: pierden su color natural y se vuelven cada vez más claras desde el tallo hasta las puntas de las hojas. Si no se trata, puede volverse completamente blanca. En este caso, necesitará fertilizantes a base de sulfato de hierro, y también puede rociar las plántulas con sulfato de hierro.
Deficiencia de cobre
La falta de cobre se manifiesta en que las plántulas adquieren una tonalidad azul verdosa y debilitan los tallos y pecíolos. La falta de un elemento importante debe reponerse con soluciones nutritivas con sulfato de cobre o sulfato de cobre.
Deficiencia de magnesio
Con la deficiencia de magnesio, las hojas y los pecíolos se vuelven quebradizos y quebradizos, primero aparecen manchas amarillas y luego marrones en las hojas. Para solucionar este problema, necesitarás una fertilización foliar con nitrato de magnesio.
Probablemente todos los jardineros practiquen el cultivo de tomates. En general, las plántulas de esta planta no tienen pretensiones, pero también requieren un enfoque especial, y el resultado no tardará en llegar.